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viernes, 10 de febrero de 2017

Samara

Samara tiene la mirada perdida en el cristal del autobús. El cabello castaño le cae por la mejilla, aún húmeda tras las lágrimas. Cruza sus manos blancas y delgadas sobre su pecho, y suspira. La observo sin que se dé cuenta de que lo hago y pienso en que cuando llegue a casa escribiré sobre ella. Cuando llegamos a su parada, coge de cada mano a uno de sus dos hijos. Apenas tiene 25 años. Esta mañana han despedido a Jaime, justo después de decirle que estaba embarazada. ¿Y ahora qué?

Todavía en España el aborto es un tema controvertido. Todavía hay gente que se escandaliza cuando las mujeres más liberales reivindicamos un derecho que nos pertenece. En septiembre de 2014 un dignísimo Gallardón dimitía en España por la retirada de su ley del aborto. Por Dios, ¿qué pretendía? La ley de 1985 sobre el tema, era más moderna, flexible y liberal que la que este caballero quería imponernos. Mujeres con reconocimiento mediático exponían en las redes sociales, en tono reconociblemente irónico, que qué hacían una decena de hombres hablando sobre un derecho de mujeres. Qué razón tenían esos tweets.  Gallardón pretendía que los casos en que una mujer pudiese abortar quedasen reducidos a tres: violación, peligro de vida para la madre, peligro de vida para el bebé. Las malformaciones y demás patologías serían analizadas para determinar una solución. ¿Perdón? ¿Qué hay que analizar? Alabo a quienes, sin pensarlo un momento, no dudarían en traer al mundo un bebé sin extremidades, me parece realmente admirable. No es mi caso. Yo al menos me daría la posibilidad de pensarlo. ¿Por qué vas a traer al mundo a un bebé cuya vida va a ser extremedamente compleja (como si no lo fuera ya de por sí), pudiendo buscar un bebé sano? ¿Por qué una niña de 14 años tiene que pagar por su falta de responsabilidad (que no deja de ser una característica inherente a su adolescencia, aunque a veces las consecuencias sean más graves que otras), o hacerle a su familia pagar por ella? Dirán los defensores a ultranza de la vida, que el bebé no tiene la culpa de nuestros errores. Es cierto. Y no creo que un aborto deba practicarse más allá del tercer mes de embarazo, pero antes de esto, no es un bebé, es un proyecto de bebé. También podríamos hablar, como sucede en El crimen del padre Amaro, de las turbias clínicas donde se realizaban abortos ilegales, en las que algunas veces jóvenes que acudían buscando ayuda, morían desangradas. Samara no dormirá esta noche. Apenas pueden pagar las facturas. Cuando nacieron los niños, ambos tenían un trabajo. También Jaime lo tenía, hasta hoy. Está embarazada de 4 semanas. El feto mide aproximadamente 2,5 mm.


Bajo mi punto de vista, cada MUJER tiene que tener derecho a decidir si siente, quiere, y puede permitirse ser madre. Es tan respetable lanzarse a la maternidad en circunstancias adversas, como decidir que no es el momento. Si no podremos hacer felices a las criaturas que parimos (refiriéndonos, por supuesto al cariño y a la dedicación que vamos a darles, y no a lo material), no es necesario parirlos. Los niños, una vez en el mundo, deberían ser felices, ellos no nos pidieron nacer.