Samara tiene
la mirada perdida en el cristal del autobús. El cabello castaño le cae por la
mejilla, aún húmeda tras las lágrimas. Cruza sus manos blancas y delgadas sobre
su pecho, y suspira. La observo sin que se dé cuenta de que lo hago y pienso en
que cuando llegue a casa escribiré sobre ella. Cuando llegamos a su parada,
coge de cada mano a uno de sus dos hijos. Apenas tiene 25 años. Esta mañana han
despedido a Jaime, justo después de decirle que estaba embarazada. ¿Y ahora
qué?
Todavía en
España el aborto es un tema controvertido. Todavía hay gente que se escandaliza
cuando las mujeres más liberales reivindicamos un derecho que nos pertenece. En
septiembre de 2014 un dignísimo
Gallardón dimitía en España por la retirada de su ley del aborto. Por Dios, ¿qué
pretendía? La ley de 1985 sobre el tema, era más moderna, flexible y liberal
que la que este caballero quería imponernos. Mujeres con reconocimiento
mediático exponían en las redes sociales, en tono reconociblemente irónico, que
qué hacían una decena de hombres hablando sobre un derecho de mujeres. Qué
razón tenían esos tweets. Gallardón pretendía que los casos en que una
mujer pudiese abortar quedasen reducidos a tres: violación, peligro de vida
para la madre, peligro de vida para el bebé. Las malformaciones y demás
patologías serían analizadas para determinar una solución. ¿Perdón? ¿Qué hay
que analizar? Alabo a quienes, sin pensarlo un momento, no dudarían en traer al
mundo un bebé sin extremidades, me parece realmente admirable. No es mi caso.
Yo al menos me daría la posibilidad de pensarlo. ¿Por qué vas a traer al mundo
a un bebé cuya vida va a ser extremedamente compleja (como si no lo fuera ya de
por sí), pudiendo buscar un bebé sano? ¿Por qué una niña de 14 años tiene que
pagar por su falta de responsabilidad (que no deja de ser una característica
inherente a su adolescencia, aunque a veces las consecuencias sean más graves
que otras), o hacerle a su familia pagar por ella? Dirán los defensores a
ultranza de la vida, que el bebé no tiene la culpa de nuestros errores. Es
cierto. Y no creo que un aborto deba practicarse más allá del tercer mes de
embarazo, pero antes de esto, no es un bebé, es un proyecto de bebé. También
podríamos hablar, como sucede en El
crimen del padre Amaro, de las turbias clínicas donde se realizaban abortos
ilegales, en las que algunas veces jóvenes que acudían buscando ayuda, morían
desangradas. Samara no dormirá esta noche. Apenas pueden pagar las facturas.
Cuando nacieron los niños, ambos tenían un trabajo. También Jaime lo tenía,
hasta hoy. Está embarazada de 4 semanas. El feto mide aproximadamente 2,5 mm.
Bajo mi punto
de vista, cada MUJER tiene que tener derecho a decidir si siente, quiere, y
puede permitirse ser madre. Es tan respetable lanzarse a la maternidad en
circunstancias adversas, como decidir que no es el momento. Si no podremos hacer
felices a las criaturas que parimos (refiriéndonos, por supuesto al cariño y a
la dedicación que vamos a darles, y no a lo material), no es necesario parirlos.
Los niños, una vez en el mundo, deberían ser felices, ellos no nos pidieron
nacer.
